Emojis
14·07·21
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04:00
Acaba de morir Harvey Ball, el diseñador que creó la primera imagen que se impuso en todo el mundo: Smiley, esa cara sonriente esbozada apenas –un círculo con dos trazos, la boca alegre y los ojos; eso es todo– en una chapa de color amarillo. Se utilizó hasta en el
Será que tengo ya una edad demasiado avanzada para tirar de los emojis cuando he de enviar un mensaje. Pero rara es la conversación que no veo terminar con uno de ellos, ya sea pulgar en alto o cara sonriente –tipo Smiley– como mejor forma de cerrar la comunicación. Cualquier teléfono de los llamados inteligentes cuenta con centenares, si no miles de emojis –no los he contado– que representan casi cualquier estado de ánimo imaginable. Se pueden mandar sin necesidad de decir ni una sola palabra mensajes de risotadas hasta saltándose las lágrimas, de llanto, de complicidad, de besos, de sonrisa congelada como cuando te pillan en falta... No sé quiénes son los que crean esas emociones gráficas ni cuánto cobran por ello pero los emojis forman parte ya de la comunicación escrita hasta el punto que igual se le ocurre a la academia de Estocolmo conceder un premio Nobel a alguno. El precedente de Bob Dylan anima a pensar en ello.