En los primeros años de vida supo de los pueblos originarios, del ardor de la libertad, del fragor de la guerra. Sirvió en el ejército español, abrazó las ideas revolucionarias, soñó con librar América. “Para San Martín la lucha contra el absolutismo no tenía fronteras y se podía dar en Europa y en América”, dice a Télam el historiador Felipe Pigna.