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El edificio en algún momento estaba destinado para vivienda en el que fuera el tradicional barrio Santa Fe de Bogotá, vecino de la calle 26 en la ruta hacia el aeropuerto El Dorado. En los años 50 era un sector de hoteles de paso. Ahora es un lugar deteriorado de paredes sucias, raídas y escarapeladas. Las ventanas viejas con marcos de hierro corroídos por el óxido de las escaleras internas revelan el abandono de esta edificación. Hoy es un inquilinato barato y pobre para pobres que viven del rebusque. A estos lugares se les conoce como pagadiarios.