El grupo envió más de 11.000 paquetes con tabaco de marcas falseadas desde una planta de Son Servera. Un delito clásico en riesgo de extinción. La Fiscalía reclama condenas que suman 21 años de cárcel para un grupo organizado dedicado al contrabando de tabaco que hizo de Son Servera un centro logístico de tráfico ilegal de cigarrillos. El grupo operó durante dos años y había actualizado el funcionamiento: distribuía las cajetillas a través de su propia página web por toda España.