Tegucigalpa (Proceso Digital/Alejandro GarcÃa) – La vulnerabilidad en el Valle de Sula ante las potenciales y recurrentes inundaciones persiste. La lentitud en el ritmo de los trabajos de reconstrucción y la duda sobre la calidad de estos es inminente. La inconformidad y la zozobra entre los damnificados de siempre es cada vez mayor. Las lluvias han comenzado y los pronósticos empiezan a hacerse realidad.
En este julio se cumplen ocho meses desde los pasos de las
En las zonas dañadas y aún semidestruidas, sumado a los
efectos de la pandemia ocasionada por el coronavirus, la recuperación económica es lenta y con ello, los Ãndices de desempleo y la pobreza con sus secuelas, cada vez son más visibles.