Viernes, 30 julio 2021, 06:00
Las comedias familiares de los años ochenta tenían unas características muy similares que han envejecido fatal tanto a nivel de tramas como de ambientación y vestuario. Uno de los mejores ejemplos de ese género fue ‘Mis dos padres’ una comedia con una premisa bastante rocambolesca que era utilizada para justificar una convivencia en un loft de una preadolescente con sus dos posibles padres por mandato judicial.
Vista con perspectiva, se descubren muchos nombres bastante populares en la actualidad como un jovencillo Paul Reiser o un guionista debutante Chuck Lorre (Dos hombres y medio, The Big Bang Theory) que consiguió su primer trabajo fijo como escritor en esta serie agradable y simpática por esa extraña dinámica familiar que ahora tendría muchas otras interpretaciones en caso de ser objeto de un estudio en profundidad con perspectiva actual.