Al calor de las grúas y las nuevas promociones, están llegando inversores que se han fijado en los edificios de alrededor; un efecto contagio que ya se está notando en la zona de Nou Llevant, en Palma.
Las primeras viviendas de la zona se entregarán este otoño y los nuevos residentes son alemanes, suecos pero también insulares. Las grúas llevan meses instaladas en Nou Llevant por la construcción de nuevas viviendas, algunas de ellas a punto de entregarse y con lista de espera en algunas promociones. El barrio está viviendo una revolución que ya tiene a dos grandes supermercados para instalarse y algunos de los locales comerciales aún en construcción ya tienen interesados para instalarse.
La regidora de Modelo de Ciudad, Vivienda Digna y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Palma, Neus Truyol, ha enviado este martes una carta a la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, en la que expone la problemática de la vivienda que sufre Palma y pide la implicación del Estado para resolverla.
«Antes nadie quería tener nada que ver con nosotros y ahora los otros edificios nos miran y dicen ¿por qué no podemos ser como los
Pullman?». Quien así se expresa es Bartolomé Soto, administrador de los cuatro bloques de edificios más conocidos de Cala Major.
Los vecinos reconocen que están hartos de «estar estigmatizados» y advierten que «hemos cambiado mucho, todo gracias a la inversión privada». Los precios de las viviendas en estos bloques son una muestra de la revolución. «En 2016 se firmaban ventas por 15.000 euros. Ahora mismo se están vendiendo por 75.000 sin reformar. Los alquileres han pasado de 150 a 600 e incluso 700 euros por 26 metros cuadrados», dice Soto. Los estudios reformados se están ofreciendo ya por 120.000 euros. «Antes el 75 por ciento de los Pullman estaba