En 1958, en toda España
apenas había 30.000 receptores de televisión. Prácticamente nadie sabía qué era eso de TVE, cuyas primeras emisiones, dos años antes, habían supuesto un prodigio para la época. Y casi ningún español conocía tampoco Eurovisión, que también acababa de echar a rodar. Pero, ¡oh magia!, en la primavera de 1958 en las radios de toda Europa, también en nuestro país, sonaba sin cesar
Nel blu dipinto di blu, más conocida como
Volare.
Domenico Modugno era el artista del momento. Y todo el mundo empezó a hablar de él, de su triunfo en el Festival de San Remo, primero, y de cómo esa victoria le había servido para representar ese mismo año a Italia en Eurovisión, donde, a pesar de que quedó tercero, fue catapultado al olimpo de la fama mundial.