4 de julio de 2021 Quizá fue que el cantante conocido como “el Dippy” se haya mostrado junto a Mauricio Macri, o alguna encuesta de las que a diario leen con fruición en el Instituto Patria, o algo de todo eso lo que llevó a la ex presidenta, hoy vice de la nación, a llamar la atención sobre el cantante trapero Elián Valenzuela, conocido como L-Gante. Para la ex jefa de Estado en su universo particular, lo único que está bien es lo que ella protagoniza per se o lo se protagoniza en su nombre. Para Cristina en ese predicamento, la historia de Valenzuela está unida a la felicidad proba del programa Conectar-Igualdad. Vinculó dos hechos: una contrafigura popular juvenil —el Dippy— y un programa de su gobierno. Cristina utilizó la historia de vida del joven Valenzuela para contar que pudo progresar en la música gracias a la computadora del plan Conectar Igualdad que había recibido del gobierno. Ergo, el Estado con su política es el responsable de la elevación por medio de la música a un estadío superior.