El último informe de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reitera que la República Dominicana ostenta las cifras más altas de América Latina en violencia entre parejas y feminicidios. Lo atribuye a las importantes desigualdades que el crecimiento económico de muchos países no ha logrado subsanar.
Planes van y vienen para luchar contra el flagelo de la violencia intrafamiliar, los embarazos precoces y las altas tasas de mortalidad neo natal. Sin embargo, mientras se encuentra la varita mágica, nos debemos agarrar de lo que hay para trabajar en este sentido.