Actualizado a 29/06/2021 01:05
La fotografía es el mensaje. Pere Aragonès compartiendo mesa con el rey Felipe VI es toda una metáfora de la distensión, impensable hace unos meses. Nada se agradece tanto como la normalidad. Nos ha tocado vivir tiempos tan tensos y anómalos, que al final se valora positivamente la imagen del presidente de la Generalitat y el jefe del Estado compartiendo el pan y el vino.
La pandemia nos ha complicado la vida hasta extremos impensables, pero en este caso ha facilitado las cosas. La cena inaugural del Mobile World Congress tuvo menos comensales que otros años. Solo seis convidados en cada mesa. Y en la de Felipe VI estaba Pedro Sánchez, Pere Aragonès, Ada Colau, Pau Relat y Mats Granryd (director general de GSMA). La ventaja de situar seis personas y no ocho es que todos estuvieron obligados a participar de la misma conversación. No cabían dos charlas al mismo tiempo. Nada da más rabia que estas cenas en la que uno es secuestrado por el vecino/a de al lado y se pierde la conversación del resto, que casi siempre es la realmente interesante. Lo de menos es de qué hablaron, lo importante es que lo hicieron sin reservas. La cordialidad constituye el primer peldaño de la concordia. Y hablando se entiende la gente. El