01/07/2021 00:18 Ahora que nos podemos quitar las mascarillas por la calle y que volvemos a viajar, pienso en marzo del 2020. Yo estaba en la Toscana, con motivo de una residencia literaria donde coincidí con Robin Robertson, escritor y editor escocés; Vincenzo Latronico, escritor italiano, y Nicolás Gaviria, escritor colombiano y la persona que llevaba la residencia de escritores Santa Maddalena. El primer fin de semana condujimos hasta Monterchi para ver la Madonna del parto, un fresco de Piero della Francesca. Cuando llegamos al museo, la puerta estaba entreabierta, los trabajadores estaban dentro y la Madonna del parto nos esperaba detrás de una cortina, pero nos dijeron que no podíamos entrar. Que los museos de todo el país y las salas de cine y los espacios para acontecimientos deportivos estaban cerrados. Italia era el primer país de Europa en aplicar este tipo de medidas, y estábamos sorprendidos. No sirvió de nada la retórica de Nico, tuve que comprarme una postal de la Virgen y nos resignamos a ir a un bar, donde la camarera nos pedía constantemente que nos separáramos. No teníamos ni idea de a qué venía y la situación parecía surrealista.