Columna Publicado el 30/07/2021 Uno podría creer que el destino no se ensaña con una persona o un Estado más de tres veces, sin embargo, varias personas o trayectorias históricas adolecen de un derrotero golpeado por infortunios que parecen novela de Televisa, y no parte de la realidad. Es el caso de Bolivia y su relación con los recursos naturales que han hecho que suframos la historia, y no que la vivamos partiendo de ser la cotizada entre las naciones por el grado de riqueza que podía extraerse de ella –ya sea plata, estaño, petróleo, gas, piedras preciosas, biodiversidad o como sucede ahora la promesa del litio– hasta quedar como la rezagada en desarrollo humano.