Los agentes de la Policía Local de Palma, a través del Grupo de Investigación y Seguimiento de Denuncias (GISD), realizaron una actuación conjunta con operarios de Emaya para combatir la defraudación en el suministro de agua. Los funcionarios identificaron a 120 personas en el barrio palmesano de Son Gotleu por otros tantos enganches ilegales. Muchos de los contadores estaban manipulados para alterar el consumo real. Los técnicos de la compañía municipal se encargaron de poner los correspondientes precintos a excepción de en una de las instalaciones. La solución que habían encontrado los presuntos defraudadores para lograr su propósito era muy sencilla: un American Stanford, una de las razas de perros potencialmente peligrosas, estaba atado a los contadores con una función claramente disuasoria. De hecho logró fácilmente su propósito.