LONDRES —
Harry Maguire no necesita que le recuerden lo miserable que un aficionado de Inglaterra se puede sentir.
Cuando el equipo perdió ante Islandia en el pasado Campeonato Europeo, Maguire estaba en las gradas en Niza observando uno de los momentos más bajos en la historia deportiva del país.
“Algunas noches decepcionantes”, reconoció Maguire el lunes. “Pero cuando veo hacia atrás, apoyando y siguiendo a mi país siempre han sido buenos momentos, porque estaba viendo a mis ídolos, a la gente que admiraba cuando era niño”.
Ahora los hinchas están mirando a Maguire.
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