Luis García Plaza quita hierro a la tensión previa con su antecesor, celebra otra victoria y los siete puntos y reclama «tranquilidad y humildad». Sabía perfectamente que, además del valor del resultado y los puntos obtenidos ante el Espanyol, la tensión previa generada en el intercambio de declaraciones en las ruedas de prensa previas al duelo con su antecesor en el banquillo del Real Mallorca, Vicente Moreno, iba a ser uno de los ejes sobre los que iba a girar su intervención posterior a un triunfo (1-0) que da alas a Luis García Plaza al frente del cuadro balear, que se ubica en la zona más alta de la tabla, con siete puntos y sin conocer la derrota tres jornadas después de su retorno a la Primera División.