Comparte: En 1959, precisamente el primero de enero, un guerrillero barbudo entraba triunfante a la Habana, luego de derrotar las tropas desmoralizadas del gobierno dictatorial de Fulgencio Batista.
Aquella epopeya esperanzadora, protagonizada por un reducido grupo guerrillero, luego convertido en un ejercito irregular de “combatientes revolucionarios”, comandados por Fidel Castro, su hermano Raúl, el argentino Ernesto de la Serna Guevara, alias Che, Camilo Cienfuegos, entre otros; admirada por los amantes de la democracia, la libertad y el respeto a los derechos humanos, en todo el mundo, hoy es la antítesis de lo que se esperaba.
El resultado de la famosa “Revolución Cubana” ha sido extremadamente decepcionante y dañino; ha sido desastroso, para ser más exactos: 62 años de férrea dictadura comunista, caracterizada por el dominio de Cuba cuadra por cuadra, por los tenebrosos “Comités de Defensa de la Revolución”, que ha producido millones de exiliados, largos períodos de hambrunas y escaseces, miles de presos, muertos, torturados y decenas de desaparecidos en el mar escapando de aquel infierno.