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Roberta Hill era apenas una niña cuando ella y cinco de sus hermanos fueron inscritos a la fuerza en un internado para menores indígenas. Con 70 años, la impactó enterarse del reciente descubrimiento de los restos de 215 niños, enterrados en el área de la Escuela Residencial India de Kamloops, en la provincia de Columbia Británica. [1] El hallazgo fue comunicado a comienzos de junio por la nación originaria Tk’emlúps te Secwépemc. «¿Cómo no ibas a saber que tenías 215 personas enterradas», se pregunta Hill, «cuando los padres te decían “no me han devuelto a mi niño, quiero saber dónde está”?». «¿Quiénes son los responsables?», cuestiona.