Sangre, fuego y esplendor: la plaza Independencia que no conocemos Diana Ferullo y Facundo Nanni nos guÃan en esta recorrida por seis momentos decisivos que demuestran el protagonismo de nuestro paseo principal en la historia de Tucumán. ¿Dónde más podÃan expresarse las tensiones sociales y polÃticas? Hace 7 Hs JUICIO, MUERTE Y CUERPOS EXHIBIDOS En el marco del acto solemne de inaugurar San Miguel de Tucumán en su sitio actual, una de las principales acciones rituales consistió en colocar en el centro de la plaza la picota o âÃrbol de la Justiciaâ, de gran significado polÃtico-jurÃdico, por demarcar el temido sitio en donde se castigaba a quienes se desviasen de las rÃgidas leyes coloniales. La centralidad de la plaza y sus dispositivos de dominación daban un aire de perpetuación a las costumbres que los antiguos vecinos traÃan desde sus lejanos años en el sitio de IbatÃn. Esta función de exposición del castigo a la mirada pública continuó luego del proceso de revolución y guerra, aún cuando la vieja picota fue retirada y florecÃan pretendidos ideales de soberanÃa popular. Hacia 1810, en el centro de la plaza fueron torturados y ajusticiados el âladrónâ Ramón Palomino y el âindio Bartoloâ, cuyos castigos pretendÃan sembrar una dura enseñanza a quienes siguieran una vÃa de desviación moral. Posteriormente, en tiempos de Alejandro Heredia, vivieron allà sus últimos segundos de vida Ãngel y Javier López, adversarios del gobernador federal que habÃan pretendido destituirlo por la vÃa armada. El siglo XIX avanzaba pero las formas de escarmiento parecÃan perpetuarse.