En un artículo publicado en
The Economist, titulado "¿Qué salió mal con la democracia?", el autor del escrito advertía a sus lectores sobre el resultado de un sondeo hecho por su periódico en el que se preguntaba:
¿Qué considera más importante, una buena democracia o una economía fuerte? El 20% se manifestó partidario de una buena democracia; el 80% prefería una economía fuerte.
Estos dos ejemplos intentan llamar la atención a aquellos que piensan que las democracias consolidadas son intocables y que ese sistema, tras
la caída del Muro de Berlín, le va ganando la partida al absolutismo y a la dictadura. Y así fue al acabar la II Guerra Mundial. La democracia avanzaba por todo el planeta. En el año 2000, el 63% de la población mundial vivía en países democráticos.