Iberdrola envió dos veces sus proyectos con los primeros parques eólicos offshore en Galicia al Ministerio para la Transición Ecológica. Entre la primera y la segunda versión, el equipo liderado por Teresa Ribera publicó el borrador de los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM), donde figura qué zonas son en principio aptas para colocar molinos y a qué distancia de la costa. Hay cinco en aguas de Galicia, repartidas frente al Val Miñor y entre la Mariña de Lugo y la comarca de Ortegal, el emplazamiento elegido por el líder español de las renovables para colocar los complejos de San Brandán y San Cibrao, de 490 megavatios (MW) cada uno y tecnología flotante. Tras conocer la información de los POEM, Iberdrola revisó la ubicación de ambos parques para distanciarlos un poco más de tierra y evitar el posible choque con las actividades pesqueras. Ahora le tocaría al ministerio detallar a la empresa el tipo de estudio de impacto medioambiental necesario para conseguir la autorización administrativa, pero todo quedó en el aire porque, ante el aluvión de peticiones para el desarrollo de la offshore en España, se va a hacer una reforma “estructural” de la tramitación. ¿Se celebrarán subastas en las áreas identificadas para eólica marina? A Iberdrola ya no le corre prisa la respuesta porque ha decidido paralizar su inversión en España a causa del decreto del Gobierno que recorta los ingresos a las eléctricas para frenar el impacto de los precios del mercado mayorista en el recibo de la luz de hogares y pymes.